viernes, 20 de abril de 2012

Videos y Anécdotas acerca de " Cantinflas "

Anécdotas  


En la nueva versión de La vuelta al mundo en 80 días 
(2004), el actor Jackie Chan personificó a 
Passepartout, el personaje interpretado por 
"Cantinflas" en 1956.

En 1986 fue pregonero del carnaval de Cádiz.
En 1966 se presentó como torero con motivo de la 
segunda Feria Internacional de San Sebastián en la 
antigua plaza de toros de San Cristóbal, ubicada en 
lo que hoy es la plaza Venezuela.

En 1965 se presentó como torero bufo en la Plaza de 
toros de Quito, Ecuador.
Uno de sus apodos cuando era adolescente era 
Pepe, por sus esmeradísimos bigotes.



Con esta página he querido rendir un homenaje al 
cómico hispano Cantinflas, el más injustamente 
maltratado por los críticos, y demostrar que su 
capacidad de improvisación para hacernos reír era 
ilimitada.

 A pesar de que sus películas tenían un 
pésimo guión y una deficiente realización, su sola 
presencia bastaba para llenar la pantalla. Su único 
problema era que su jerga cómica era tan rápida, tan 
incongruente, que nos perdíamos la mayoría de sus 
chistes.

 En este libro, sin embargo, sus mejores 
diálogos están desmenuzados y son una muestra 
palpable de que fue uno de los grandes genios del 
cine cómico.



Cantinflas marcó un estilo tremendamente personal y 
tan ampliamente imitado por otros cómicos que ha 
conseguido pasar a la historia del cine con honor y 
sus habilidades humorísticas resistir perfectamente el 
paso de los años.

 Su sola presencia en la pantalla 
bastaba para llenarla y para que la película cobrase 
interés, a pesar de que ni la dirección, ni los diálogos, 
estaban cuidados con esmero. 

Todo se confiaba a su 
buen hacer, a sus monólogos totalmente
improvisados de los que siempre salía airoso y 
provocando la carcajada más espontánea. Era un 
extraordinario actor que daba la impresión de no 
actuar, de estar rodeado de amigos a los cuales 
quería hacer reír sin molestar a nadie.

Durante su larga carrera cinematográfica tuvo que 
soportar a ciertos críticos que siempre se empeñaban 
en decir que ya estaba acabado, que su personaje se 
había adulterado y que se había aburguesado.

 Pero 
lo cierto es que independientemente del director, del 
argumento y de los escenarios elegidos, así como de 
los otros compañeros de reparto, las películas tenían 
un gran éxito comercial solamente por él, por 
Cantinflas, y eso es algo que ningún otro actor del 
mundo ha podido lograr.

Despreciado en su día por los intelectuales y poco 
reconocido todavía por los críticos como uno de los 
mejores cómicos de la historia de cine, Cantinflas 
marcó una época y hasta su último filme cosechó 
grandes éxitos, algo que no le ocurrió ni siquiera a 
Charles Chaplin, el cual conoció el fracaso en vida en 
varias ocasiones, incluida su última película.

Los que le conocieron personalmente dicen que era 
sencillo sin proponérselo. Con una actitud social, 
tanto en el comportamiento como en su indumentaria, 
alejada de cualquier artificio, era no obstante muy 
firme en cuanto a mantenerse en sus convicciones 
humanísticas.

Aunque sumamente amable no era persona que se 
diera con rapidez a la gente, ya que se le 
consideraba serio, reservado y, por naturaleza, de 
pocas palabras, rayando en ocasiones en la 
desconfianza.

 Generoso en grado sumo, pero 
plenamente consciente de lo que entregaba y a quién 
lo entregaba, había conocido la pobreza en su niñez y 
en ocasiones sintió muy de cerca el hambre. Por eso,  
cuando estuvo en la cima del éxito nunca dejó de ser 
humilde, quizás porque ello le engrandecía aún más.

El triunfo no le envileció, ni la gloria le cambió su 
espíritu, demostrándose con ello que era un artista 
superior a la mayoría y un ser humano inigualable
Cuando le preguntaban si se consideraba un homb
re 
feliz, siempre respondía que sí, a pesar de sus 
defectos y a pesar de que pueda tener alguna pena. 
Decía que se sentía dichoso de realizar su vida y su 
destino plenamente, en la medida de sus fuerzas.

Esa felicidad que afirmaba tener era cierta, no era un 
producto que quisiera vender cara a su promoción, 
contribuyendo en gran manera a exaltar su carácter y 
sus características personales.

 Había conseguido 
triunfar a tiempo, por supuesto merecidamente, y eso 
es una buena manera de lograr tener un corazón 
noble, sin los resentimientos de quien ha sido 
vapuleado largos años por la incomprensión.

Cantinflas fue un privilegiado por la vida, un 
triunfador, pero eso le proporcionó más admiradores 
que envidiosos y un carácter exento de rencores y 
maldad, logrando conmover en numerosas ocasiones 
el corazón de los mexicanos. Nunca se convirtió el 
triunfo en una droga para él.

El público se sintió inmediatamente identificado con 
su filosofía, con su esfuerzo por aprender siempre, 
con su afán por mejorar día tras día.

Y aunque era de naturaleza optimista le hacían fuerte 
mella los fracasos, las zancadillas y los rencores de 
las personas, lo mismo que le dolían los malos 
gobernantes o aquellas personas que se enriquecían 
a base de engañar o robar a los más débiles o 
ignorantes.

 Para desahogarse empleaba en sus 
películas diálogos y situaciones en las cuales se 
criticaba y hasta se ridiculizaba a los poderosos 
mezquinos, algo que solamente le permitían a él
Su 
malicia la caracterizaba de mil maneras para que no 
fuese una ofensa directa a nadie, pero 
suficientemente explícita para que todos los culpables 
se dieran por aludidos, tal era su habilidad para decir 
lo que quería...sin decirlo.

Su voz, dulce, poderosa pero sin estruendos, gustaba 
de captar el ingenio del pueblo, más que de contar 
los chistes políticos desagradables que utilizaban 
otros cómicos, logrando trasformar su chistes en arte.

Aunque mucha gente le acusaba una y otra vez de 
cambiar su personaje original, lo cierto es que no fue 
así y siempre conservó su tipo, su "peladito", aunque 
se vistiera de ministro, de cura o de pistolero del 
oeste.

 Todo ello lo consiguió sin aburrir, sin repetirse, 
siendo la mejor prueba de ello es que desde su 
primera película hasta la última, fue el artista 
mexicano más taquillero de todos.




Diálogos


Cantinflas: - ¿Y esos animales de dónde los sacaron?  
- Pos, de donde los sacamos siempre.

- Pos será del basurero, porque no me va a decir que 
son guajolotes, más bien parecen zopilotes 
disecados.

 Mire no más qué muslo; mire no más qué 
buche, mire que no tiene ni buche. Mire usted no más, 
¿dónde está el gordo?  ¿Dónde está la carne? 
  Pero 
ni por aproximación, no hay pescuezo, pura rabadilla. 


Mire no más, mire no más que mirada tan triste tiene.
- Pero si está muerto...
- Muerto de hambre, porque nunca comía el pobrecito, 
y no me le quiten todas las plumas porque le va a dar 
pulmonía.   


- Niños, ora si se les va a caer, ahora verán.

 Aquí 

tenemos primeramente al verbo del pluscuamperfecto 
del antebrazo atraía, o sea: yo atraía, tú atraías, él 
atraía. ¿Tú qué traes?   No este no. Vamos a ver 
niños, ¿ustedes saben lo que es gramática?   Se me 
hace que no lo saben. ¿Cómo lo van a saber si andan 
de pinta

no más ahí jugando al timbiricha y las tripas de 
gato?   Pero no importa, pues para eso estoy yo aquí, 
para decírselo.
 Gramática
es el arte o la ciencia - pues en esto no nos hemos 
puesto de acuerdo - que nos enseña a leer y a 
escribir correctamente el "indioma" castellano.
- Maestro, no se dice "indioma", se dice idioma, de 
raíz latina.
- Sí, pero yo no hablo de esa raíz, yo hablo de la raíz 
india, por eso digo indio-ma.








- ¡Pueblo que me escucha!. Aquí me tienen ante 
ustedes y ustedes delante de mí, y esta es una 
verdad que nadie podrá discutir.

 Y ahora me 
pregunto: ¿y por qué estoy aquí si podría estar en 
otra parte?   Y enseguida encuentro contestación, 
porque soy muy rápido en todo.

 Estoy aquí porque no 
estoy en otra parte y porque ustedes me llamaron, y 
si el pueblo me llama, el pueblo sabrá porque lo hizo.

Agradezco estos aplausos tan desnutridos a la par 
que merecidos, que me incitan a seguir discursiando.

Y ustedes se preguntarán:
 este joven de tan tierna 
edad, tan guapo, de aspecto tan distinguido, de cara 
tan agradable, ¿será capaz de conducir una nave a 
buen puerto?  

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